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jueves, 5 de julio de 2012

LO QUE CRITICO DE OTRA PERSONA, ES LO QUE EN REALIDAD OCULTO DE MI



Por: Dr. Richardson


En esta entrega, vamos a confrontarnos con la parte que más ocultamos, ante nosotros mismos, nuestra familia, seres queridos, pareja y sociedad, reprogramando esos hábitos negativos, encaminándonos hacia la liberación y el desarrollo personal.
Dr. Richardson: En esta charla terapéutica grupal, les doy la bienvenida a todos ustedes, hoy hablaremos sobre la hipnosis y auto hipnosis. Para empezar, vamos hablar sobre los deseos reprimidos en el ser humano, su naturaleza, y el instinto de supervivencia a través de las máscaras.  Por ejemplo usted Luisa  ¿realmente se considera tímida?
Luisa: La mayoría del tiempo. Cuando expongo una idea frente a mis compañeros de trabajo, siento la cabeza caliente, y las ideas se me borran. Respiro con dificultad, sudo mucho, y a veces quisiera que me tragara la tierra.
D. R: Pero viene a un curso de hipnosis para ser hipnologa, y es fundamental romper entonces con toda esa timidez ¿Reconoce la represión que maneja en realidad? Es decir, usted no es la persona que cree o demuestra ser, su deseo es ser libre, la timidez es tan solo un arma, para controlar su mundo, y a los demás.
Luisa: No lo había visto nunca de ese modo.
D. R: En la cotidianidad usamos una cantidad de máscaras para disimular lo que realmente somos, y elaboramos consciente o inconscientemente guiones, actuando como artistas, con la diferencia que es la realidad de nuestras vidas, y no una telenovela de entretenimiento público. Para probarlo vamos hacer el siguiente ejercicio, cada uno de ustedes va a decir las cosas que odia de las actitudes en los demás, necesito que sea de corazón, y honestamente. Empecemos por usted Pablo …
Pablo: La hipocresía, deshonestidad y contrariedad.
Luisa: La infidelidad y mediocridad.
Antonio: La trampa, la prepotencia, y la vulgaridad.
Milagros: La mentira, indiferencia, y el orgullo.
Rosario: La injusticia, la violencia, y la sexualidad libertina.
D. R: Lo que acaban de hacer, es una proyección interna de ustedes mismos llamada: deseos reprimidos. Acaban de confesar en voz alta, ante un público, lo que no les gusta, pero en realidad esos defectos cada uno de ustedes lo tiene, y tratan de ocultarlo por medio del señalamiento hacia el otro. Esta acción se llama: mecanismo del deseo reprimido, estudiado por el médico psiquiatra: Carl Jung, que en mi concepto superó a su colega: Sigmund Freud, en la profundidad de sus investigaciones, en torno al alma humana.
Somos personas disfrazadas de lo que más rechazamos, y así polarizamos nuestras fuerzas. La persona que no se habla así misma, mucho menos se conoce, y termina proyectando en los otros como en un gran televisor, lo que no quiere oír desde su interior. Si estuviera tranquilo consigo mismo, no habría la necesidad de detestar o envidiar algo de los demás, porque las personas no son para juzgar. Nadie puede criticar a alguien igualmente defectuoso a él, eso se le deja a la ley de cada nación, la cual a través de un proceso, llega a absolver y condenar, los delitos cometidos por los ciudadanos.
Pablo: Dr. Richardson yo me considero honesto en las cosas que digo y hago en mi vida.
D. R: Eso es lo que usted cree, pero no es así. El que inocentemente peca, inocentemente se condena. ¿Quién le dijo a usted Pablo, que era honesto? ¿Usted mismo o otras personas?…  Luisa usted expresó que odiaba la infidelidad porque es infiel ¿corríjame si me equivoco?
Luisa: (Sonrojada) Pues sí, soy infiel, pero le he sido fiel a mi esposo como él lo ha sido conmigo, al hacerlo me he sentido bien como cobrando algo que se me debía.
D. R: Felicitaciones Luisa, al reconocerlo, se está dando la oportunidad de sanar. El problema había sido que odiando en otros lo que nosotros consideramos defectos, se es libre de culpa, pero les quiero decir que todos son unos hipócritas, injustos, y vengativos. Es importante descubrir cómo somos realmente, porque pensaron que al desahogarse en lo negativo, iba a reflejarse su lado bueno, pero lo bueno también tiene mentiras. Ahora van hacer lo contrario, van a decir lo que les gusta a cada uno de sí mismos, solo así lograrán identificar, todo aquello que es un disfraz en sus vidas.¿Qué le gusta a usted Rosario?
Rosario: No sé qué decir ahora, tengo en este momentos, muchas ideas en mi mente.
D. R: ¿Se dan cuenta? Cuando les dije que sus respuestas podían ser disfrazadas, no las dicen.
Rosario: Dr. Richardson, es difícil aceptar la crítica y mucho más la autocrítica.
D. R: Esta terapia es una especie de espejo, que los ha hecho despertar y reflexionar sobre lo plano de los conceptos de cada uno, y de la fragilidad de los mismos. No los estoy criticando, nadie aquí presente tiene la autoridad moral para criticar, solamente quiero que se vean tal y como son.
Milagros: ¿Cuándo uno sufre tiene derecho a exigir justicia o a criticar?
D. R: Usted tiene derecho a saber para que está el sufrimiento en la vida, y si el grupo lo entiende, sabrán que es a causa de ustedes mismos, y no del poder gubernamental, religioso, o de alguien en particular. El dolor ocurre, pero el sufrimiento se elige, unas veces necesariamente, y muchas veces innecesariamente.
Cuando nosotros ciframos la vida exteriormente, es decir en una total desarmonía interior, y no se tiene la capacidad de aceptar una crítica, ni de vernos o conocernos, es a causa de la inmadurez que instintivamente conduce a culpar a los demás, de todas nuestras desgracias. La verdad no existen culpables de los desaciertos e infortunios de la vida, sino una actitud inmadura ante la existencia.
Antonio: En mi caso si existen culpables, mi tío me estafó cuando era pequeño, y en otras oportunidades tiempo después. Le dejo una finca y me estafa, es un tramposo ¿es acaso culpa mía este comportamiento en el?
D. R: Claro que es culpa suya, en gran parte. Cuando usted era un niño, su tío logró estafarlo, pero posteriormente no creció, siguió en su rol de infante, se volvió pusilánime, y varias veces se dejó hacer trampa de un estafador de su propia familia.
Antonio: Dr. Richardson ¿no se supone que debemos perdonar a todo aquel que nos haga daño de alguna manera?
D. R: Si, así es, pero lo más importante es recordar, que al perdonar a una persona no se la cambia, nadie cambia a nadie, solamente cada individuo puede evolucionar por si mismo. Un ejemplo concreto de esto son las parejas: sueñan con cambiar al otro, y por ley natural es imposible. De modo que debemos perdonar, sin esperar ningún resultado, y no hacerlo por el otro, sino por nuestra propia salud mental.
Pablo: ¿Qué sucede en los casos de la autohipnosis e hipnoterapia, Dr. Richardson?
D. R: Por favor Pablo, no desvié la conversación, más adelante se lo explicaré, por ahora seguiré centrado en lo que quería expresarles. La base de la ley natural consiste, en que nadie puede cambiar al otro, ni Dios porque nos dio libre albedrío. Ahora bien, se puede fingir cambiar por los demás, demostrar la capacidad de adaptabilidad a los deseos del otro, pero si no existe un verdadero cambio producido desde el interior de cada uno, se convierten en mentirosos e hipócritas, continuando el engaño, a sí mismo y a las personas.


Esta situación se presenta común y tristemente en las parejas, se despersonalizan para llegar a ser lo que la otra persona anhela ¿qué sacan de todo este montaje? Es complejo entender que en el fondo lo que uno más repudia, es lo que uno mismo es, y una relación tiene que empezar antes que novios como amigos, logrando ambos ser más sinceros. Si existe una relación, es porque hay atracción, amor, y respeto, pero si se disfraza el amor con máscaras, se rompe la esencia. Cuando hay verdadero amor, hasta lo más pervertido puede transformarse y superarse, el cambio empieza en uno, y se realiza en el otro.
A menudo escucho en las parejas: “mi marido es borracho, violento, adicto al trabajo, y mujeriego, en cambio yo soy una esposa muy tranquila, de casa a dura penas tomo café o té, y no trasnocho”, entonces yo le preguntó a esa virtuosa esposa ¿Por qué escogió a un borracho, violento y adicto? Sencillamente porque es igual a él, en su parte polarizada, ganándole solamente en su soberbia, pues intenta cambiar como si fuera Dios, a ese esposo, que siempre ha sido así.
En realidad no hay conflictos, uno mismo escoge su conflicto, debido a que estos están en cada uno. Siempre resultará más cómodo decir: “el desgraciado es él o ella”. Es imposible pedirle peras al olmo, y si hoy sembramos limones, no esperemos comer piña. Lo primero que cada uno tiene que hacer, es empezar a ver su propia naturaleza, con los defectos y cualidades, entendiendo que cuando señalo a otra persona, tres dedos de los míos me señalan a mí. Por lo tanto la esencia, será conocerse a uno mismo.

PARTE II
NO DEJE QUE NADA NI NADIE, CONTROLE SU DESTINO.



Hoy profundizaremos sobre los conflictos y problemáticas psico-emocionales, de los participantes en estos grupos de apoyo. Haciendo énfasis en el amor propio, y el desprendimiento material de cosas innecesarias, que aquietan la vida.
Luisa: Dr. Richardson, ¿nuestro destino esta predeterminado y el karma es el causante de que tengamos bueno o mala suerte?
Dr. Richardson: No existen los karmas, la única oportunidad es ver a Luisa tal y como es, sin culpar a tres personalidades distintas que habitan en usted, eso se llama huir de la realidad. La única dueña de su destino es usted misma, puesto que Dios la creo libre, y le dio como don, la capacidad de decidir y elegir.
Milagros: ¿Influye en algo la infancia, para el desarrollo de las ``máscaras“ y las mentiras que todos los días decimos?
D. R: El éxito de la Nueva Era, es la gente desestructurada que no quiere estructurarse, por eso la sociedad es de tanto consumo. La Nueva Era, es un conjunto que habla de Dios, del Diablo, la danza, el chaman, y nada tiene estructura. En estas terapias grupales, el objetivo es darles un grito de libertad e independencia a sus vidas. ¿Qué sentido tiene una máscara si usted puede llegar a ser libre? ¿Qué necesidad tiene de usarlas y decir mentiras?
Antonio: Dr. Richardson, eso quiere decir ¿qué no tenemos estructura, y por eso estamos aquí en esta terapia?
D. R: Se necesita gente desestructurada para encontrar un poco de esperanza, y esa esperanza vive alimentada siete días a la semana, no por un valor moral o espiritual, sino monetario. El problema básico, es la incapacidad del ser humano, de encontrarse así mismo, porque no se ama, valora y respeta. El valor, no es sólo monetario, existe un valor básico, para llegar a tener mucho dinero y vienes económicos, la única opción que realmente vale la pena, es empezar a valorarse uno mismo.
Luisa: ¿A que valor se refiere Dr. Richardson?
D. R: El valor que trato de explicarles, es un estado previo a un hecho que produce miedo, ansiedad, angustia, e incluso un reto. Cuando uno tiene valor de si mismo, simplemente dice: “yo no me dejo de una persona“, o tiene valor para hablar la verdad, para ser franco y exigir justicia, y simplemente para poder expresar su propio sentimiento, especialmente, aquellos que nos incomodan y humillan producidos, por otras personas hacia nosotros. Eso es el valor, que en gran parte es heredado de la familia, pero también puede ser ejercitado o aprendido. En el fondo la gente necesita, volver a sus valores naturales, y el valor natural como derecho y principio básico, es la libertad, y el amor a si mismos.
Uno prefiere amar a una persona diferente a uno, y por eso siempre hablamos de modelos, de: “mi papa es mejor“, “el cantante de moda es más guapo que yo“, “alguien es mejor que yo, pero yo no puedo ser mejor“. He ahí el punto de toda la conversación, ninguno de ustedes tiene el sentido de valor, en sus vidas. No hay valores ni principios, sin valores no hay principios, y sin ninguno de estos dos no puede haber claridad, solo mentes confusas. Recuerden la enfermedad mental es en su mayoría, la falta de sentido común, este sentido es el que produce paz, y equilibrio en la vida, pues nos enseña a no ser exagerados, y a tener mesura en cada acto de la vida.
Ahora en grupo, vamos a comunicarnos con Dios, hacer un ejercicio para llenarnos de espiritualidad, seguridad y energía positiva. Voy a contar de diez a uno, y van a pedirle a Dios desde el fondo de sus corazones lo que desean, después de haberse reconocido con todos los defectos, manipulaciones, miedos, e  intensiones tan oscuras como bajas. Dios es tan buen amigo, que todo lo que pidan se los va a dar.


Tomémonos entonces de las manos … Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno … Voy a preguntarles, comencemos por Pablo ¿qué pidió usted?
Pablo: Llevar una mejor relación con mi familia, abrazarlos más, dedicarles tiempo, especialmente los fines de semana, y escuchar a mis hijos.
Luisa: No ser mentirosa e infiel, y tratar de no desquitarme con mi pareja.
Antonio: Dejar de ser injusto, intolerante e hipócrita. Así mismo, mejorar mi carácter, no ser tan irritable, manejar con más paciencia en el endemoniado tráfico de Bogotá, y visitar una vez al mes la Catedral de Sal de Zipaquirá.
Milagros: Salud, trabajo, una casa, y proyectos laborales buenos, al igual que dos perros labradores dorados, un gato persa, canarios, y hasta un lorito para vivir entre la naturaleza.
Rosario: Estabilidad emocional para poder conseguir dinero, y viajar a las pirámides de Egipto y México, quiero sentarme también a saborear un café enfrene de la Torre Eiffel, y vivir día por día, aquí y ahora.
D. R: Amigos míos, ¿Lograron captar algo? ¿Se han dado cuenta de lo alejados que están de Dios? Hasta hoy pudieron captar, la situación en la que han estado con respecto a Dios. Por primera vez en la vida ustedes piden por un cambio interno, generalmente concebimos a Dios como el dador de casa, trabajo, y cosas tan inocuas y materiales. Muy pocos pidieron poder superar un defecto de carácter, porque aun se creen perfectos. ¿Quién pidió poder superar una adicción o algo mucho más profundo? Casi nadie, porque están tan hipnotizados, y programados, con las apariencias exteriores. Observen que somos expertos en mirar el problema de los demás, y totalmente incapaces de comprender el nuestro.


Después de la confrontación tan directa de cada uno en esta terapia grupal, y al darse cuenta del desequilibrio que habitaba en ustedes, por fin empiezan a rehabilitarse, y a tener un contacto real con su poder superior, estructurándose con unas bases de aceptación, realismo, madurez y verdad personal.
¿Ahora se dan cuenta de la cantidad de personas engañadas en este mundo? ¿Qué le van a pedir a Dios de ahora en adelante? La superación de un defecto de carácter, y la desprogramación de malos hábitos ¿Por qué? Pues Dios quiere ver como nos superamos a nosotros mismos. El nos diseño imperfectos, pero con capacidad perfectible, es decir que nuestro destino es la superación personal, y eso depende solamente de nosotros y no de la superchería, sectas o religiones fanáticas. La libertad es decidir por nosotros mismos, y no dejar que nada ni nadie decida por nosotros.

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