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viernes, 27 de julio de 2012

BUSCANDO LA VERDAD ENTRE EL BIEN Y EL MAL




Eliseo y Gloria son una pareja, buscadora de respuestas. Ambos son terapeutas y han recorrido el mundo, aprendiendo técnicas y métodos, de sanación mental y espiritual. Al final de una conferencia que dicté, para un nutrido grupo de psicólogos y consejeros espirituales, fui abordado por ellos, y entorno a un delicioso café colombiano, entablamos el dialogo que hoy público.
Dr. Richardson: Eliseo y Gloria ¿qué puedo hacer por ustedes el día de hoy?
Eliseo: Mi inquietud es sobre el conocimiento, todo lo que aprenda o conozca no me va a sobrar en la vida.
D.R: En este momento, donde reina la Internet junto con las redes sociales, y todos los medios de comunicación, el hombre tiene necesidades alimenticias, es físico y animal, pero lo niega. Las personas piensan que el ser rico, inteligente, poseer millones de pesos, y prestigio lo hace adaptable a una sociedad rápida en la comunicación, y en la utilización del tiempo como consumo, sin darse cuenta que al desconocer la materia, desconocen también los sentimientos.
Dentro de ese desconocimiento, hay una rebelión contra los principios. Bernard Teilhard de Chardin nos decía: “nadie es libre por su propia cuenta, sino en virtud de una mano que lo libera``. Eso nos enseña, que solos no podemos estar, porque somos una especie que sobrevive por la interacción. Se puede estar solo, para tener un espacio de discernimiento, pero entre más se crece, se necesita ser más social, entre más se muestra uno como es, más asocial se convierte, esto es a lo que llamo: la polaridad de las fuerzas.
La velocidad de las comunicaciones, hace perder la perspectiva de lo que significa la ley, violando todas las leyes, como si fuera un acto de liberación, confundiendo libertad con libertinaje. En el mundo existen unas leyes básicas, por la seguridad y comodidad del ser humano, si estas leyes se transgreden el precio a pagar se llama: neurosis, que es la pérdida de todo principio, del norte, de toda brújula e identidad. El resultado de esto, es una búsqueda en la muerte como desadaptación al mundo.
Sin embargo, si tenemos exceso de leyes por cumplir, se puede llegar a reprimir emociones y sentimientos, que a la postre causarían no solo neurosis, sino trastornos obsesivos compulsivos, encontrando salidas inadecuadas, al entregar nuestra voluntad a comunidades religiosas, pastores, sacerdotes, gurús, y hasta sectas oscuras.
Gloria: Dr. Richardson tengo muchas dudas en torno a la espiritualidad ¿Es Dios ilimitado?
D.R: No Gloria, porque el solo hecho de estar creando limita. Si Dios no es ilimitado, nosotros tampoco lo somos, este factor nos descansa porque despoja a las personas de la disgregación, y del rompimiento del yo. Somos almas eternas pero igualmente limitadas, en constante aprendizaje y adaptación a los eventos de la vida. Adaptación significa: movimiento para el equilibrio, cuando se acaban los movimientos, se tiende a desadaptarse y se tienen varias salidas como explique anteriormente, desde la droga, la adicción, el suicidio o enfermedades psico- patológicas.


Eliseo: ¿Se puede tener como apoyo las “muletas“ de la dependencia hacia los demás, y volvernos fanáticos religiosos?
D.R: Usted ha dicho la palabra correcta: “muletas“. Siempre existe la posibilidad de algún día botarlas y caminar con nuestras propias piernas, pero nos acostumbramos a ellas, pues son un apoyo incondicional, y siempre al alcance de nosotros. A veces, nos comparamos con los demás, sino tenemos las “muletas“, nos sentimos superiores al otro, y cuando usamos las mismas, generamos lástima, pero siempre con la intención, de controlar al prójimo.
El problema del hombre, es que no puede compararse con los demás, en tamaño o medida, porque estaría en crisis. Si aplicamos la realidad comparativa, no se es nadie al final de cuentas. El tigre nunca sabrá que es tigre, muere sin saber que es, lo mismo ocurre con la cucaracha y el diamante. La única especie que se puede dar cuenta de quién es: es el hombre. Ahora bien, si el tigre no tuviera garras y dientes filudos, moriría pues no podría cazar, y si el hombre no se encuentra a si mismo tendrá que morir, pues tiene la capacidad racional para darse cuenta de sus falencias.
La inconsciencia mata al ser humano. El hombre está diseñado para evolucionar desde la concepción, desarrollando su inteligencia, y sentimientos, integralmente con el paso del tiempo. Eso nos salva y a su vez nos condena, pues somos la única especie animal que tiene la capacidad de crear enfermedades, porque tiene a su servicio la inteligencia y la imaginación. Como el hombre sabe sugestionar, inmediatamente se vuelve creador, hacia lo bueno y lo malo, es decir se puede hacer un gran bien así mismo, al igual que un terrible mal, sino sabe manejar adecuadamente su mente.
Gloria: Eso quiere decir Dr. Richardson ¿qué somos creadores de nuestras realidades, todo lo que pensamos puede suceder? ¿Es tan poderosa nuestra mente?
 D.R: Todo lo que uno se imagina sucede. ¿Por qué? La imaginación es el espejo del alma, pero a veces esta misma imaginación puede llevar a una crisis. La palabra crisis, proviene del griego: “crisos“, que significa: “único espacio para discernir“.
Durante o después de una crisis, cada uno de ustedes puede encontrarse a sí mismos. Todo el mundo desde que nace, está en constante indagación entorno a su esencia, hasta morir, y trascender a otra dimensión, por eso no debemos temer a los problemas en la vida, estamos diseñados para resolverlos. Una crisis de vez en cuando termina beneficiándonos.
Eliseo: ¿Todos morimos frustrados en el fondo y llenos de miedo, siempre tratando de llenar vacíos de algo que nos hace falta en la vida?
D.R: Eliseo, usted no le puede preguntar a un feto, como va ser la experiencia cuando nazca, obligatoriamente el feto tiene que vivir el nacimiento, volverse un hombre y cambiar de dimensión. Cuando se logra llegar a la sexta o séptima dimensión, es decir las dimensiones espirituales, en ese instante, solo usted podrá vivenciar esa experiencia, ya que cada alma es única e irrepetible. La muerte no es un fin en sí misma, sino un puente para seguir avanzando, y transformando nuestras conciencias.
El ser humano durante toda su vida arma un rompecabezas gigantesco, se siente bien física y psicológicamente, pero en el fondo no sabe lo que está armando, solo intuye que necesita de la fe, esperanza y optimismo, para continuar armando algo hacia el bienestar, el crecimiento para ser cada día mejor. Una persona lúcida, comienza a armar algo coherente, pues es consciente que está construyendo su misión y labor en este mundo.

Muchas veces se piensa que al encontrar el gurú de moda o leer un libro de autoayuda, se ha encontrado la respuesta a todo, lo cual es imposible. Nosotros somos seres limitados, que nos vamos adaptando, encontrando la verdad en cada uno, vivimos en un proceso de conocer a Dios diariamente, y hora tras hora conocernos a nosotros mismos.
Gloria: Dr. Richardson ¿cuál cree usted que es el camino que debemos seguir para alcanzar esa evolución personal?
D.R: Como decían los griegos: “conócete a ti mismo y conocerás el mundo y al universo“, pero también es fundamental trabajar en la confianza hacia Dios o en un poder superior. No se puede contar “uno y tres“, sino “uno, dos y tres“, si al contar se salta el número dos, automáticamente desencaja la respuesta y viene el caos, lo que la religión llama: cielo o infierno. Recordemos: nada es completamente blanco, ni completamente negro, la sabiduría, es vivir con la mezcla de los dos colores, en un matiz gris, dándonos la posibilidad, de un equilibrio diario. Solo así, podemos amar a un ser superior, que sería nuestro amigo, y no nuestro juez o verdugo. Dios se pone feliz cuando le entregamos nuestra confianza, mostrándonos tal y como somos, sin sentir miedo. A él le entristece la hipocresía, la manipulación, y la falsa moral.
En resumidas cuentas, los sistemas religiosos y las instituciones corrompen. El peor invento del hombre, son los dogmas. Muchas veces las personas se deshumanizan por las políticas de una empresa, y se escudan cómodamente en dogmas para no pensar en el dolor ajeno y el propio, evitando  una solución madura y real a sus propios problemas.
Eliseo: En mi vida Dr. Richardson, he buscado las respuestas en muchas religiones, y nada me ha llenado el alma, ¿eso quiere decir que soy un hombre inseguro, golpeando todas las puertas para encontrar el entendimiento a mi realidad?
D.R: No crean mucho, en lo que les estoy diciendo, solo tomen lo que les conviene, soy un informador, una especie de mensajero, y de vez en cuando tengo inspiraciones, que ni yo sé de donde vienen.
Eliseo, ninguna persona durante su vida se va a llenar completamente, el día que encuentre la verdad, ese día desencarna y muere, de lo contrario ¿qué sal tendría la vida, si todo lo sé, y estoy completamente seguro de cada movimiento, cuando precisamente la sorpresa de la vida está en lo inesperado que pueda ocurrir hoy? Así que mantenga, la curiosidad por las preguntas y respuestas de la vida, ese es el combustible que nos impulsa diariamente.
Gloria: ¿Cómo hago para distinguir entonces entre el bien y el mal, cuando al parecer el mal esta enmascarado en el bien, y muchas veces el bien es una mentira del mal?
D.R: Eso hay que entenderlo de la siguiente manera: ni Dios ni el diablo pueden entrar en la vida si yo no lo deseo, es decir a mi no me posee el demonio ni Jesús, o Buda, entre muchas otras entidades energéticas, a menos de que yo lo permitiera.
Dios está golpeando delicadamente a mi puerta, y el demonio con sus tentaciones la está empujando a la fuerza para entrar, pero ninguno puede ingresar hasta que yo decida abrir. Es en estas circunstancias de la vida, donde se debe aprender el valor y poder, que tenemos como seres humanos de decir: “si“ o “no“. Ese libre albedrío, es la gracia de nuestra alma.


Cuando Cristo decía: “una sola palabra bastará para sanarte“, yo le agregaría: “una sola palabra bastará para enfermarte``. Tiene toda la razón, la enfermedad es imaginaria, mientras la salud es real. La salud no es imaginaria, pues la sensación de bienestar es universal, mientras que las enfermedades no. El origen de la enfermedad está en la mente. Son muy raras las especies de animales que se enferman, cuando se extinguen o mueren, no los eliminan nuevas enfermedades, contrario al ser humano, el cual cada vez le aparecen nuevos males, por que nacen de su propia creación.
El hombre crea, imagina, y hace real las enfermedades, es uno de sus estados naturales. La enfermedad no es dañina ni mala, la enfermedad sería el camino para trascender y evolucionar, porque solamente a través de un dolor, una disfunción o una limitación, nos permite ver quiénes somos realmente, y que defectos de carácter son importantes superar para seguir equilibrados y felices durante nuestras vidas.




PARTE II
NUESTRA MENTE PUEDE ENFERMARNOS, PERO TAMBIEN SANARNOS


En esta segunda parte, continuo intercambiando ideas y construyendo nuevas perspectivas, entorno a la influencia de la mente en nuestra salud integral, y desarrollando reveladoras formas, filosófico-existenciales, de ver y vivir la vida.

Eliseo: Dr. Richardson ¿cómo es posible que una persona pueda generar una enfermedad en su cuerpo: por ejemplo el cáncer?
Dr.Richardson: Cada ser humano se enferma en la medida en que no se conoce a sí mismo, se rechaza, y tiene baja autoestima. Ahora bien ¿por qué nacen las enfermedades? Las enfermedades nacen por un defecto de la personalidad, y una falta en el reforzamiento del carácter, lo que agobia el alma, convirtiéndose en una carga para el cuerpo, también conocida como “patología“.
La patología, se forma cuando la consciencia se aquieta, se anestesia o adormece, volviéndose inconsciente, es así como el cuerpo, elemento sabio y creador, se llena de enfermedades y dolencias, las cuales obligatoriamente hacen ver al ser humano quiera o no, tal y como es, prendiendo las alarmas para advertir, que somos unos completos desconocidos para nosotros mismos.
Lo mejor es procurar que el dolor, y la enfermedad, no nos angustien, dándole la oportunidad a los momentos de crisis para ser mejores, y a la enfermedad para crecer. Eso no quiere decir, que el hombre tiene que volverse masoquista, pero si realista, maduro, y existencial. Nadie está exento de este estado, resulta un poco pueril y vanidoso, el pensar que al encontrar a Dios, la paz espiritual, o las diferentes técnicas de conexión espiritual, vamos a ser libres de la esencia humana, porque se estaría hiendo en contra, de la ley natural del aprendizaje.
Cada uno es su propio maestro y su propia experiencia, lo demás es suplementario y frágil, por eso ni los libros religiosos, de autoayuda, médicos y técnicos, son de gran utilidad para nosotros, ya que estamos diseñados para ser alumnos, y la vida es nuestro sabio maestro.
Gloria: ¿Cómo aprovechar al máximo esos momentos de felicidad y plenitud, que experimentamos en la vida?
D.R: Es importante aprender a gozar cada acto de la vida, sin escudarse en teorías y prejuicios, que impidan poder vivir al cien por ciento, y en plenitud los instantes de felicidad, amor y bienestar, presentes en cada día. Al ser humano no se le puede impedir o reprimir, sus instintos y deseos más profundos.
La libertad empieza, cuando hay un desapego a los dogmas religiosos, y a la práctica de una doble moral social, en donde nos debatimos entre el placer y la vergüenza, confundiendo lo sexual con lo erótico, lo moral y lo racional. En síntesis la sexualidad hace sobrevivir la especie, a través de la fecundación humana, y el erotismo que nace en la imaginación, no es otra cosa más que el placer de vivir, aceptando con la naturalidad e inocencia, que fuimos diseñados, esta condición.
Dios nos creó desnudos, transparentes, y la pareja era antes formada desde la amistad. Amigos que se tenían confianza, y se aceptaban tal y como eran, pero las tendencias monoteístas distorsionaron nuestra claridad, convirtiéndola en pecado, culpa, y castigo. Desde entonces, al ser humano le es muy difícil, vivir de instante en instante, y tener consciencia de su eterno presente, porque se debate en el resentimiento del pasado, y la preocupación del futuro, esta imposibilidad de vivir feliz, y gozar la vida, es lo que a la postre enferma.
Eliseo: ¿Cuál sería la mejor manera de describir la naturaleza del ser humano desde su instinto más animal, hasta la conexión más divina con Dios?
D.R: La palabra que mejor encajaría es ambivalencia, es decir tener valencia de dos verdades, en el ser humano no hay verdad absoluta. El hombre como criatura es animal, y como esencia espiritual es dado a la perfección, dándose cuenta de los errores.
Ahí está la ambivalencia, la única forma, de que cada persona se sienta bien consigo misma es viviendo, respetando los deseos de cada uno. Nadie puede decidir en la vida de los demás, esa es la regla fundamental para evolucionar. La aceptación de lo que no se puede cambiar, y el valor de cambiar lo que si se puede, marcan la diferencia entre: el necio y el sabio.
Gloria: Dr. Richardson, a través de la humanidad nunca se han respetado las vivencias de los demás, una prueba de esto es la historia bíblica de Caín y Abel, y que decir de todas las guerras civiles, y mundiales por conquistar territorio o imponer ideologías ¿puede llegar a ser el hombre tan egoísta e intimidante con los demás?
D.R: Gloria ¿cree usted qué Dios es injusto?
Gloria: Todo lo contrario es muy justo ¿por qué?
D.R: Somos la única especie que tiene la capacidad de comunicarse por medio de un lenguaje verbal, por eso a cada creación le otorgamos un nombre. El poder de la palabra es tan contundente, que basta una vocal para dañar un concepto, empezar guerras, y acabar con vidas inocentes. Uno no es bueno o es malo, uno es bueno y malo. En cada persona subsisten las dos esencias: la trascendencia y la decadencia, somos degenerados y redimidos, porque somos animales con necesidades, pero al mismo tiempo espirituales. Se preguntaran entonces ¿cuál es la verdad?
La verdad es que debemos aceptar nuestra ambivalencia, y ser flexibles ante las circunstancias, que diariamente nos trae la vida. Carl Jung, un reconocido médico psiquiatra alemán, habla del “lado oscuro“. En la orientación psicológica hay dos tipos de terapeuta: el optimista y el pesimista. Mientras el optimista es aquel que saca a relucir el lado oscuro del paciente, con todos sus defectos, lo confronta para generar una crisis, con el optimismo de que se mejore, contrario al pesimista que consiente y le dice al paciente lo que el desea escuchar, con el precepto, de que nunca se mejore para tener más ingresos.
Siempre tenemos que estar conscientes del lado oscuro del alma, para poder construir. Uno no se puede dar cuenta de las virtudes, porque están hábilmente entrenadas para ser mostradas, de modo que la virtud es básicamente de hipócritas. La virtud se gana, cuando uno realmente tiene la capacidad de aceptar y reconocer el lado oscuro del alma.
Por ejemplo Carl Jung, tenía muchas represiones sexuales, y junto con Sigmund Freud, llegaron a tratar varios pacientes con éxito. Precisamente una de las pacientes de Jung llamada: Sabina Spielrein, este médico psiquiatra, logró expresar, toda su sexualidad, a pesar de ser una relación sadomasoquista, pues a ella le excitaba que la golpearan, y Jung lo hacía existiéndose también. Posteriormente ambos se enamoraron, y Sabina terminó siendo médico psiquiatra.
Lo aleccionante de este caso es que el Dr. Jung, solamente consiguió integrar en sus terapias la conexión espiritual, la parasicología, y teorías entorno al inconsciente colectivo, después de haber vivido, su parte más oscura a nivel sexual.
Eliseo: ¿Cómo logar cambiar o modificar estos comportamientos tan ambivalentes, que paulatinamente nos van alejando de la realidad, nos enferman y debilitan?
D.R: Todo puede cambiar o ser modificado, en la medida que usted lo desee. Cambiar: esa palabra me resulta algo irritable y fuera del contexto terapéutico, emocional y personal. El cambio significa, sacrificarse por otro para ser mejor ¿por qué cambio, si así soy yo? Una cosa es cambiar, y otra muy distinta es modificar el comportamiento o algunos defectos de carácter.


Mi consejo Eliseo, es que siga siendo el mismo, la esencia del ser humano, no es cambiar sino mejorar ¿Cuál es el propósito de cambiar nuestra esencia si en el fondo el ser humano es una especie buena? Lo que debe aprender, es a desprogramar malos “programas“ y reaprender, a ser libre, aceptándose repito tal y como es, para poder aceptar al otro de igual manera, tal y como es.
En conclusión se podría decir, que el árbol de la ciencia del bien y del mal, no es otra cosa que el conocimiento de uno mismo. Y el atrevernos  a pensar y a experimentar sería el premio real, es decir nuestra tranquilidad de llegar a “ser“, tal y como fuimos creados.
El problema es que otros intereses de dominio, control y sumisión religiosa, nos enseñaron, que el pecado original era no ser nosotros mismos. Al descubrirnos, nos vendría un terrible castigo, esos simbolismos metafóricos son los que hay que reevaluar, para dejar las cargas psicológicas y familiares de una sociedad reprimida, en donde lo peor que puede pasar es que el hombre, realice sus sueños, se vuelva libre y se convierta nuevamente en un niño inocente más auténticamente cerca de Dios.


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